La corresponsabilidad parental y la conciliación entre trabajo y cuidados se han convertido en temas centrales dentro del debate laboral chileno. Sin embargo, pese a los avances normativos y culturales, la realidad dentro de las organizaciones aún refleja brechas importantes. Así lo revela el más reciente informe del Panel Laboral del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (IPP UNAB), que recogió las percepciones de 30 headhunters y especialistas del mundo del trabajo respecto a los desafíos que enfrenta el país para avanzar hacia una verdadera cultura de corresponsabilidad.
El estudio muestra que, si bien existe consenso sobre la relevancia de promover políticas que equilibren las responsabilidades familiares y laborales, los cambios culturales y organizacionales avanzan más lento que la legislación. La mayoría de los consultados reconoce que las empresas chilenas todavía enfrentan dificultades para traducir la corresponsabilidad parental en prácticas efectivas, especialmente en cargos de alta responsabilidad.
Los headhunters destacan que la falta de flexibilidad laboral, los estigmas de género y la escasez de políticas internas de apoyo al cuidado siguen siendo barreras para lograr un entorno laboral equitativo. Además, advierten que el debate sobre la sala cuna universal representa una oportunidad para repensar el modelo de conciliación laboral, siempre que se acompañe de incentivos reales a la participación de los hombres en el cuidado y de un enfoque que no sobrecargue a las empresas.
Otro hallazgo relevante del Panel Laboral UNAB es que los avances hacia la corresponsabilidad no solo impactan en la equidad de género, sino también en la atracción y retención de talento. Según los consultados, las generaciones más jóvenes valoran cada vez más la flexibilidad, la calidad de vida y la igualdad de oportunidades dentro de sus lugares de trabajo, factores que se vuelven determinantes al momento de elegir una organización.
El IPP UNAB plantea que la discusión sobre la corresponsabilidad parental no puede limitarse a lo normativo: requiere cambios culturales sostenidos y el compromiso activo del sector privado.
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