Un nuevo estudio elaborado por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello examina en profundidad el impacto que tiene la estructura familiar en la movilidad social intergeneracional en Chile, poniendo especial atención en los ámbitos educativo y ocupacional. A partir de la Encuesta UNAB de Movilidad Social Multidimensional —que vincula directamente a hijos con sus padres y permite observar trayectorias consolidadas entre los 35 y 55 años— el informe compara los resultados de quienes crecieron en hogares biparentales y monoparentales maternos.
La evidencia descriptiva revela diferencias significativas. Quienes provienen de hogares biparentales parten, en promedio, desde un nivel educativo y ocupacional más alto. En contraste, los hogares monoparentales maternos muestran mayores niveles de movilidad relativa, aun cuando lo hacen desde una base inicial más baja. Este hallazgo sugiere que, pese a las desventajas iniciales, existen trayectorias que permiten avanzar cuando se accede a apoyos, oportunidades o mecanismos compensatorios.
Los modelos econométricos del estudio confirman que la educación y la ocupación de la madre son factores consistentes y determinantes en las trayectorias de los hijos. Asimismo, muestran que la presencia del padre aporta de manera complementaria, especialmente cuando supera a la madre en nivel educativo u ocupacional. Esto indica que la ventaja asociada a la biparentalidad no se explica solo por mayores ingresos, sino también por factores no monetarios como redes, aspiraciones, acompañamiento y disponibilidad de tiempo.
Este análisis cobra especial relevancia en el contexto nacional. Distintas estimaciones recientes sitúan entre un 26% y un 34% la proporción de niños, niñas y adolescentes que crecen en hogares monoparentales en Chile, una cifra significativa que confirma lo extendida que es esta realidad. Frente a ello, entender de qué manera la ausencia del padre —particularmente en hogares liderados por madres— influye en la transmisión intergeneracional de oportunidades se vuelve un elemento clave para el diseño de políticas públicas.
En conjunto, los hallazgos del informe refuerzan la necesidad de incorporar la estructura familiar como un componente central en la discusión sobre igualdad de oportunidades. Además, destacan el valor de la Encuesta UNAB de Movilidad Social Multidimensional como una herramienta robusta para avanzar hacia políticas mejor informadas, capaces de abordar las desigualdades que persisten entre generaciones.
